3.3- Atención y Tipos de atención.

 ¿Qué es la atención?

La atención podría definirse como la capacidad de generar, seleccionar, dirigir y mantener un nivel de activación adecuado para procesar la información relevante. Dicho de otra forma, la atención es un proceso que tiene lugar a nivel cognitivo y que permite orientarnos hacia aquellos estímulos que son relevantes, ignorando los que no lo son para actuar en consecuencia.

Existen una serie de características que se encuentran implícitas en su definición, y que son importantes conocer para entender la importancia de esta función cognitiva. Entre estas cabe destacar:

  • Amplitud: cantidad de información que podemos atender al mismo tiempo y cantidad de tareas que podemos realizar de forma simultánea. Hay que tener en cuenta que la atención es un recurso limitado y aunque se pueda atender a más de una cosa a la vez llegará un punto en el que no sea posible.
  • Intensidad: también llamada tono atencional y es entendida como la cantidad de recursos atencionales que se prestan a un estímulo dado. Es decir, pueden darse fluctuaciones en el nivel de recursos que dirigimos a un estímulo determinado, pudiendo realizar tareas prácticamente sin prestar atención (tareas automáticas) y otras que exigen altos recursos atencionales (tareas controladas).
  • Desplazamiento de la atención: La atención alternada es la capacidad de poder cambiar el foco atencional de un evento a otro (atención alternada). Es decir, la atención alternada se produce cuando realizamos más de una actividad al mismo tiempo y ambas actividades demandan los mismos tipos recursos cognitivos, por lo que debemos cambiar el foco de una a otra, ya que atender a las dos al mismo tiempo no es posible.
  • El foco de atención o foco atencional puede dividirse según su dirección: externo (estímulos que proceden del entorno) o interno (estímulos que proceden del propio individuo); y según su amplitud amplio (permite percibir varios estímulos a la vez) o estrecho (el individuo realiza un filtro de los estímulos no deseados. Es decir, el individuo bloquea el resto de distractores para atender a una única tarea).
  • Control: la atención puede ser voluntaria o involuntaria. En la atención voluntaria o activa la persona debe realizar un esfuerzo mental para movilizarla, procesar la información entrante y mantenerla el tiempo necesario para posteriormente dar la respuesta más adecuada. Es decir, el individuo controla y regula los procesos cognitivos destinados a realizar una tarea mental. Por el contrario, existen estímulos que, por sí solos, son capaces de atraer nuestros recursos atencionales sin requerir ningún esfuerzo por nuestra parte, hablamos de atención involuntaria o pasiva.

La atención actúa entonces como un proceso cognitivo que permite en la vida diaria dirigir los recursos, actuando como un filtro o cuello de botella selectivo que nos permite enfocarnos en la parte relevante de la información. Esto permite dirigir la atención hacia la tarea para maximizar el aprendizaje y minimizar el cometer errores.

Tipos de atención.

Los tipos o clases de atención más conocidos son:

  • Atención interna: capacidad para prestar atención a los propios procesos mentales u otros aspectos interoceptivos.
  • Atención externa: atención captada por los estímulos externos y procedentes del entorno.
  • Atención abierta: se acompaña de respuestas motoras que apoyan y facilitan el acto de atender, por ejemplo orientar la cabeza hacia el estímulo que queremos atender.
  • Atención encubierta: permite atender a los estímulos sin la apariencia de que se esté llevando a cabo el acto.
  • Atención selectiva o atención focalizada: capacidad para seleccionar y centrar la atención en un solo estímulo descartando otros irrelevantes que pueden interferir en el proceso.
  • Atención dividida: capacidad de focalizar la atención en dos o más tareas al mismo tiempo. Por ejemplo, conducir y escuchar música al mismo tiempo.
  • Atención sostenida: capacidad para mantener en el tiempo la atención y responder adecuadamente.
  • Atención visual: capacidad de atender a los estímulos que se presentan en nuestro campo de visión. Se encuentra relacionada con aspectos espaciales.
  • Atención auditiva: capacidad de atender a los estímulos percibidos a través del oído. Se relaciona con parámetros temporales.


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