2.6.- Cognición, emoción y conducta

 Neurociencia de las emociones de los adolescentes.

La neurociencia de las emociones es aquella parte del estudio de cerebro humano que se ocupa del estudio de los procesos emocionales dentro de este. Pone el acento en el proceso interior del individuo en la producción y expresión de la emoción.

Para los neurocientíficos, las emociones surgen por necesidades del organismo, que tienen motivaciones internas o externas. Son fundamentales para el funcionamiento del cerebro.

Las emociones traducen la información recibida a nivel externo e interno y predisponen para la acción. En este sentido, las emociones permiten la supervivencia individual y también la de la especie.

Son las emociones las que nos permiten afrontar las circunstancias más complicadas: riesgos, pérdidas, rupturas, afán de superación a pesar de sufrir frustraciones, relación de pareja, formación de una familia, etc. Por su parte, la razón nos permite hacer una evaluación de las decisiones, pero no nos confiere el empuje que necesitamos para reaccionar.  

Cada emoción es un impulso para actuar, que encamina hacia un tipo diferente de respuesta o de acción.

¿Cómo se comporta el cerebro cuando experimentamos emociones?

El procesamiento de las emociones en el cerebro se localiza en el sistema límbico. La ira, el miedo, el amor... se cocinan aquí. En concreto, se localizan dos estructuras fundamentales para esta función: la amígdala y el hipocampo.

Amígdala

La amígdala se considera el "centro emocional" del cerebro. También está estrechamente relacionado con los procesos de aprendizaje y memoria.

Es la amígdala la que se encarga de enviar señales a otras partes del cerebro, relacionadas con la supervivencia del individuo. Algunas señales que afectan los pensamientos, sentimientos y comportamientos.

En una situación de miedo, la amígdala se conecta con el hipotálamo a través de señales. A su vez, el hipotálamo pone en marcha respuestas como mecanismos de supervivencia ante el peligro. En relación con el miedo, nuestros corazones pueden acelerarse o comenzar a sudar.

De hecho, parece probado que ciertas lesiones en esta región pueden ser la causa de una falta de miedo o un reconocimiento anormal de situaciones de peligro.

Por otro lado, la amígdala también interviene en el desarrollo de emociones positivas, como el amor, el placer o la felicidad.

Hipocampo

El hipocampo es el responsable de la formación de nuevos recuerdos, aunque el procesamiento de los recuerdos emocionales lo lleva a cabo principalmente la amígdala.

Digamos que el hipocampo registra los hechos, sin mayores connotaciones, mientras que la amígdala se encarga de darles significado emocional.

Por esta razón, los recuerdos emocionalmente significativos se almacenan de manera diferente a otros recuerdos y tienden a ser más vívidos y duraderos.


 

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